Abordar la brecha en infraestructura hídrica

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Existe una brecha considerable en la inversión en infraestructura hídrica tanto en Estados Unidos como en todo el mundo. Sólo en Estados Unidos, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE) estimó que esta brecha es de aproximadamente 80 mil millones de dólares por año. Las consecuencias económicas de esta inversión insuficiente en infraestructura hídrica son considerables. Invirtiendo 80 mil millones de dólares más, sería posible aumentar la actividad económica total anual en alrededor de 220 mil millones de dólares.

Lamentablemente, el gasto estadounidense en infraestructura hídrica fue inferior al 40% de la cantidad requerida. Muchas de las tuberías subterráneas del país están llegando al final de su vida útil prevista, por lo que las consecuencias de esta inversión insuficiente están aumentando.

Una brecha creciente en infraestructura hídrica en EE. UU.

La importante brecha en infraestructura hídrica en los Estados Unidos continúa creciendo, incluso cuando los fondos federales se agotan. La ASCE proyectó que la brecha de infraestructura hídrica de Estados Unidos crecerá a más de $100 mil millones para 2025 y a más de $150 mil millones en 2040 si no abordamos estos problemas. Además, la contribución del gobierno federal al gasto relacionado con el agua cayó de más del 60% en la década de 1970 a alrededor del 10% a principios del siglo XXI.

La brecha en la infraestructura hídrica es en parte producto del hecho de que los gobiernos estatales y locales no compensaron completamente la disminución de la financiación federal. Es probable que el impacto de esta subinversión aumente a medida que crece la brecha. Ya, aproximadamente 900 mil millones de galones de aguas residuales y pluviales no tratadas se desbordan al medio ambiente cada año durante las tormentas.

La brecha de infraestructura hídrica en los países en desarrollo

Según datos del Banco Mundial, llenar el déficit de infraestructura hídrica en los países en desarrollo costará otros 114 mil millones de dólares cada año durante la próxima década. La construcción de infraestructura hídrica suele requerir mucha mano de obra, por lo que el mundo en desarrollo tiene la oportunidad de utilizar los salarios actualmente bajos para construir estructuras y tuberías que durarán los próximos 50 a 100 años.

A nivel mundial, solo el 71% del agua potable es completamente segura, según un informe de la ONU de 2019. La inversión insuficiente en saneamiento es sustancialmente peor: sólo el 45% tiene acceso a un saneamiento totalmente seguro y el 9% no tiene ningún servicio de saneamiento.

El costo humano del agua y el saneamiento

La brecha de inversión en infraestructura hídrica también conlleva un alto costo humano. Las deficiencias en materia de saneamiento y agua potable contaminada provocan más de 600.000 muertes prematuras cada año. Si bien las muertes evitables son la mayor tragedia, los daños por inundaciones destruyen más de 100 mil millones de dólares en propiedades cada año, alterando vidas y arruinando negocios. Casi el mismo daño se produce en el otro lado, ya que una gestión inadecuada del agua provoca cada año más de 90.000 millones de dólares en pérdidas relacionadas con el riego y la inseguridad hídrica.

El impacto del Covid-19 en la inversión en infraestructura

La pandemia de coronavirus aumentó la necesidad de infraestructura hídrica, pero el efecto inmediato podría haber sido una desaceleración de la inversión. En la práctica, la gente necesita agua corriente para adoptar precauciones de seguridad básicas como lavarse las manos. Los problemas inadecuados de saneamiento y gestión de residuos también parecen contribuir a la creación de puntos críticos de coronavirus.

Los presupuestos gubernamentales en todo el mundo se han visto afectados por la crisis, lo que podría llevar en algunos casos a una reducción de la inversión en infraestructura hídrica. Además, los países en desarrollo que carecen de fondos para pagar a los trabajadores temporalmente desempleados recurrieron a exigir aplazamientos de pagos de muchos servicios, incluidas las facturas de agua. Sin estos ingresos, algunos servicios de agua no pueden permitirse realizar las inversiones necesarias para construir nueva infraestructura hídrica.

La nueva oportunidad para el crecimiento económico

En lugar de reducir las inversiones en sistemas hídricos, la crisis del coronavirus crea una oportunidad para construir mejores infraestructuras hídricas. Cerrar la brecha en infraestructura hídrica podría sumar más del doble de lo invertido a la producción económica total. Más importante aún, también tiene el potencial de crear 1.3 millones de puestos de trabajo para reducir la tasa de desempleo.

Nuestras soluciones de consultoría identifican y mitigan los riesgos asociados con proyectos de agua municipales y gubernamentales. Nuestros consultores expertos trabajan con su organización para desarrollar una estrategia sostenible para la implementación de recursos. 


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