El déficit de financiación ante la transición energética
La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) publicó un informe que destaca el importante déficit de financiación en la transición energética. El informe sugiere que para cumplir los objetivos climáticos, a nivel mundial, debe haber una inversión acumulada desde ahora hasta 2030 de 44 billones de dólares, y las tecnologías de transición energética representan el 80% de la inversión, es decir, 35 billones de dólares. Sin esta financiación, es probable que el mundo siga dependiendo de combustibles fósiles contaminantes para obtener energía y no logre una transición totalmente ecológica. Consideramos que la inversión en energía renovable y tecnologías verdes relacionadas es un medio para impulsar la transición energética y asegurar el futuro del planeta.
La brecha de financiación
El último informe de IRENA sugiere que se debe conseguir una financiación significativamente mayor en todo el mundo para cumplir los objetivos climáticos internacionales. La organización consideró varios escenarios, cada uno de los cuales requiere niveles de inversión más altos que los que se están viendo actualmente. Según la vía de 1,5°C, se necesita un financiamiento acumulado de 150 billones de dólares de aquí a 2050 para cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5°C. Esto equivale a 5 billones de dólares adicionales al año.
Con una inversión en tecnologías de transición energética que ascenderá a 1,3 billones de dólares en 2022, la financiación para la transición verde debe más que cuadruplicarse. IRENA también destacó la necesidad de dedicar gran parte de los fondos destinados a los combustibles fósiles (alrededor de 1 billón de dólares al año) para redirigirlos a proyectos y tecnologías de energía verde. Las inversiones acumuladas entre 2023 y 2030 en tecnologías verdes deben sumar 44 billones de dólares para cumplir los objetivos globales, y el 80% de estos fondos se destinará a tecnologías de transición energética.
Las nuevas políticas climáticas nacionales están ayudando a atraer mayores niveles de financiación privada para la transición verde. A medida que se implementen más políticas en todo el mundo, esperamos que la inversión en energía renovable y tecnologías verdes aumente significativamente para cerrar esta brecha y apoyar una transición verde global.
Política climática nacional encaminada a atraer financiación privada
Varios países han publicado –o están desarrollando– estrategias integrales sobre el cambio climático y políticas de apoyo para desplegar la inversión pública y fomentar la financiación privada en energías y tecnologías limpias. En Estados Unidos, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022 de la Administración Biden ofrece a las empresas una amplia gama de incentivos fiscales para invertir en energías renovables y tecnologías de transición. La IRA ofrece 394 mil millones de dólares en financiación para energía y clima, principalmente en forma de créditos fiscales. Se espera que la política acelere la inversión del sector privado en energía limpia, transporte y manufactura.
Tras el informe de IRENA, así como un documento del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas que sugería que las acciones actuales no son suficientes para prevenir una crisis climática grave, la UE publicó un plan para fortalecer sus objetivos de energía renovable para 2030.
El Consejo Europeo y el Parlamento alcanzaron un acuerdo provisional para obtener el 42,5% de la energía de la UE a partir de fuentes renovables para 2030. Esto reemplaza el objetivo de 2018 de una participación del 32%. Con el lanzamiento de nuevas políticas climáticas regionales, esperamos que haya más financiamiento público disponible para desarrollos de energía verde y tecnologías de transición, además de alentar a un mayor número de actores regionales privados a aumentar su financiamiento climático.
Nuestra perspectiva sigue siendo positiva
Si bien la brecha de financiamiento para una transición energética exitosa es significativa y problemática, creemos que el lanzamiento de políticas climáticas nuevas e integrales a nivel nacional y regional ayudará a desbloquear más financiamiento público para comenzar a cerrar la brecha. Se verá una mayor financiación en forma de empresas privadas que respondan a políticas fiscales favorables mientras invierten en proyectos de descarbonización y energía limpia.